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El GPS de la economía

Conducir por una carretera conocida suele ser más fácil para quienes la han transitado muchas veces: saben dónde hay curvas, rectas o baches. Sin embargo, en economía, incluso los conductores más experimentados —los analistas, empresarios o responsables de política
económica— se enfrentan a imprevistos. El camino puede cambiar por accidentes en la vía
—crisis financieras, pandemias, conflictos geopolíticos— o por desvíos inesperados, como
cambios regulatorios o innovaciones disruptivas.

Los ciclos económicos funcionan como un GPS que nos orienta en el trayecto, pero su utilidad depende de que sepamos interpretar correctamente las señales y actualicemos el mapa cuando el terreno cambia.

En términos académicos, el ciclo económico se define como la oscilación recurrente de la
actividad económica a lo largo del tiempo, caracterizada por fases de expansión y contracción (Burns & Mitchell, 1946). Aunque el patrón es reconocible, no existe una periodicidad exacta, lo que dificulta su predicción precisa.

Las fases del ciclo económico Las fases clásicas del ciclo, ampliamente documentadas en la literatura económica, incluyen:

● Expansión: Crecimiento del PIB, incremento del empleo, mayor inversión y consumo
(Samuelson & Nordhaus, 2010).
Auge: Punto máximo del ciclo, donde el crecimiento se aproxima a sus límites y emergen
tensiones inflacionarias.
Recesión: Descenso de la producción y la demanda, con aumento del desempleo
(Blanchard, 2017).
Recuperación: Retorno gradual al crecimiento, impulsado por la reactivación de la
demanda y la inversión.

La utilidad del análisis de ciclo radica en su capacidad para orientar la política económica y la
estrategia empresarial. No obstante, como advierte Schumpeter (1939), cada ciclo está
influenciado por innovaciones, choques externos y transformaciones estructurales que impiden que dos episodios sean idénticos.

Ciclos recientes a escala global

En el plano global, los últimos años han mostrado cómo las fases del ciclo pueden acelerarse o interrumpirse abruptamente. La expansión de 2016–2019, respaldada por el comercio y la
digitalización, dio paso a una recesión simultánea en 2020, consecuencia directa de la pandemia de COVID-19. Posteriormente, la recuperación de 2021–2022 estuvo marcada por tensiones inflacionarias y problemas en las cadenas de suministro, para luego entrar en un periodo de desaceleración moderada en 2023–2024 debido a la restricción monetaria.

Como señala Mankiw (2021), la economía no es un laboratorio donde los investigadores puedan manipular variables a voluntad para probar hipótesis. La complejidad de los sistemas
económicos, su interdependencia global y la imposibilidad de realizar experimentos controlados hacen que el análisis del ciclo requiera observación cuidadosa de indicadores y un margen de incertidumbre inevitable.

Las señales que anticipan el camino

La clave para anticipar las fases no reside en adivinaciones, sino en el seguimiento riguroso de
indicadores adelantados como:
● Índices de confianza empresarial y de consumidores (por ejemplo, el PMI).
● Producción industrial y volumen de comercio.
● Datos de empleo y salarios.
● Políticas monetarias y fiscales de las principales economías.
Estos datos funcionan como señales de tráfico que alertan de lo que está por venir.

España en el ciclo económico global

Veamos ahora cómo estos patrones se manifiestan en la economía española. El país se inserta en el ciclo global, pero con matices propios derivados de su estructura productiva. Su alta dependencia del turismo, la construcción y las exportaciones hacia la Unión Europea provoca que los choques internacionales tengan un efecto amplificado.

Ejemplos recientes ilustran esta dinámica:
● Durante la crisis financiera de 2008, la caída del sector inmobiliario generó una
contracción más severa que en economías menos dependientes de este sector.
● En 2020, el impacto de la pandemia redujo el PIB en un 10,8%, debido al desplome del
turismo, que representa cerca del 12% del PIB.
● La recuperación 2021–2023 fue más intensa que en otros países europeos en términos de
crecimiento anual, pero partiendo de una base muy deprimida y sostenida por fondos
europeos y el retorno de visitantes internacionales.

En la actualidad (2024–2025), la economía española avanza a un ritmo moderado. Aunque la
inflación está bajo control, persisten retos estructurales como el desempleo crónicamente elevado y la elevada deuda pública, lo que condiciona la capacidad de respuesta ante un eventual cambio de fase en el ciclo.

Comparativa con otras economías del sur de Europa

En el contexto europeo, Portugal ha mostrado una recuperación más estable en la última década.

  • El Banco de Portugal proyecta un crecimiento del 2,3 % para 2025, superando la media de la eurozona, impulsado por inversiones en capital tecnológico, digitalización y capital humano (The Portugal News, 2025). Estos cambios reflejan una transformación productiva que fortalece su resiliencia frente a choques externos.
  • Por su parte, Italia continúa experimentando dificultades estructurales. Entre 2000 y 2022 su crecimiento promedio anual fue de apenas 0,2 %, consecuencia de una productividad estancada, escasa digitalización y un entorno institucional caracterizado por la burocracia y la corrupción (The Telegraph, 2024). Si bien forma parte de la recuperación mediterránea impulsada por fondos europeos como el NextGenerationEU, su avance relativo sigue siendo débil frente a otros países de la región (Financial Times, 2025).
  • En el caso de Grecia, la dependencia del turismo —que representa al menos un 20 % del PIB— la hace particularmente vulnerable a los choques externos (Financial Times, 2025). No obstante, el país se ha beneficiado significativamente de transferencias europeas, consolidándose como un pilar de estabilidad en el sur de Europa, aunque persisten retos como la elevada deuda y el envejecimiento de la población.

En síntesis, aunque los tres países comparten una historia reciente de crisis y recuperación, la
evolución de Portugal destaca por su diversificación y mejora de capital humano, Italia se ve
limitada por problemas estructurales persistentes, y Grecia avanza con el impulso del turismo y la ayuda europea, pero con vulnerabilidades importantes. Esta comparación subraya que el
crecimiento sostenible no depende únicamente de estímulos financieros externos, sino de la
capacidad de transformar y reforzar las bases productivas de cada economía.

Del análisis a la acción empresarial

Comprender estas diferencias nacionales es valioso, pero ¿cómo se traduce en decisiones
concretas para una empresa? Como afirman Ghemawat y Rivkin (2020), la capacidad de
anticipar cambios en el entorno macroeconómico permite ajustar el modelo de negocio para
preservar la competitividad.

● En expansión, las empresas pueden permitirse inversiones en innovación,
internacionalización y ampliación de capacidades productivas, siempre cuidando la
sostenibilidad financiera.

● Durante el auge, conviene priorizar la eficiencia y evitar sobreendeudamientos que
puedan convertirse en una carga durante la siguiente contracción.

● En recesión, la flexibilidad operativa y la diversificación de mercados son claves para
resistir la caída de la demanda.

● En la recuperación, la rapidez para invertir y posicionarse de nuevo en el mercado puede
marcar la diferencia frente a competidores más cautelosos

Si bien la economía no dispone de laboratorios para ensayar escenarios exactos, el consenso
académico señala que seguir de cerca los ciclos y actuar en consecuencia permite anticiparse a los cambios, reducir riesgos y aprovechar oportunidades en medio de la incertidumbre.

Al igual que un GPS, no evita los atascos ni las tormentas, pero sí ofrece rutas alternativas,
advierte de giros peligrosos y recuerda que ningún camino es completamente recto. Quien lo
entiende y lo consulta con disciplina no solo sobrevive a las curvas del camino: llega más lejos, más rápido y en mejores condiciones que quienes viajan a ciegas.

Bibliografía

Blanchard, O. (2017). Macroeconomics (7th ed.). Pearson.

Burns, A. F., & Mitchell, W. C. (1946). Measuring business cycles. National Bureau of
Economic Research.

Financial Times. (2025, 9 de enero). Southern Europe’s economies are now a pillar of stability
for the EU. Recuperado de
https://www.ft.com/content/3eaa4534-6593-467b-877b-3a18e0a30181

Ghemawat, P., & Rivkin, J. W. (2020). Strategy and the business landscape (5th ed.). Pearson.

Mankiw, N. G. (2021). Principles of economics (9th ed.). Cengage Learning.

Samuelson, P. A., & Nordhaus, W. D. (2010). Economics (19th ed.). McGraw-Hill Education.

Schumpeter, J. A. (1939). Business cycles: A theoretical, historical, and statistical analysis of the
capitalist process. McGraw-Hill.

The Portugal News. (2025, 14 de abril). Portugal’s economic outlook: Resilience, recovery, and
renewal. Recuperado de
https://www.theportugalnews.com/news/2025-04-14/portugals-economic-outlook-resilience-reco
very-and-renewal/96901

The Telegraph. (2024, 7 de abril). Economic stagnation holding back Giorgia Meloni’s Italy.
Recuperado de
https://www.telegraph.co.uk/business/2024/04/07/economic-stagnation-holding-back-giorgia-mel
oni-italy/

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