¿Cómo puede tomar un alumno la decisión de qué quiere seguir estudiando?

“No soy producto de mis circunstancias sino de mis decisiones”,  dijo Stephen Covey, un gurú de la formación de líderes. Y tenía toda la razón pues son las decisiones que tomamos las que nos definen como persona y como profesional.

Ahora bien, ¿qué es una decisión? Una decisión es una elección que se toma y se intenta materializar en la práctica. Toda decisión tiene aparejada unas consecuencias que hay que valorar para tomar la mejor alternativa posible.

Una de las decisiones más difíciles a las que se tiene que enfrentar un alumno es a elegir qué quiere estudiar una vez terminado el grado pues, aunque para elegir entre la amplia oferta formativa universitaria hay que tener claro qué es lo que se quiere hacer, no siempre resulta sencillo dar ese paso que va a ser uno de los principales aspectos diferenciadores a la hora de entrar en el mercado laboral.

Para ello, desde ISIE siempre exponemos la solución en tres sencillos pasos que ayudarán a tomar una decisión meditada y acertada:

  1. ¿Qué es lo que te gusta?

Piensa en todas esas cosas que te gustan, o incluso te apasionan, y hazte una lista con todo lo que se te pase por la mente. Es muy importante que seas honesto contigo mismo y que te centres al 100% en ti. Al final tienes que pensar que lo que está en juego es el futuro de tu vida así que olvídate de lo que te digan las personas allegadas a ti porque muchas veces lo que pasa es que en lugar de ayudar, enturbian tu ambiente y no te permite ver con claridad a dónde quieres llegar. Además, esto es algo completamente personal así que lo que escribas es realmente lo que tú quieres y no tienes que ocultarlo ni desistir porque un amigo no esté de acuerdo. Recuerda: es tú decisión.

Tu entorno más cercano siempre va a querer lo mejor para ti y ante todo va a primar y buscar tu seguridad. El problema está cuando te apartas de tu objetivo por la influencia que los demás están haciendo en ti.

  1. ¿Cuáles son tus habilidades?

Todo el mundo tiene algo que se le da bien o en lo que destaca positivamente. Tienes que buscar eso que te hace ser tú y, de nuevo, dejarlo reflejado en un papel, aunque también puede ser en un documento de Word. Recuerda que no tiene porqué ser solo una cosa. Cuando estés haciendo este análisis vas a descubrir que tienes muchas más cosas de las que pensabas. También te puede ayudar pensar en tus asignaturas del grado para sacar más capacidades en base a las que mejor se te dan o con las que más realizado te has sentido.

En este momento tienes que tener cuidado con el autosabotaje, es decir, no te cierres puertas antes de empezar y aspira a lo más alto porque para rebajar tus expectativas, siempre tienes tiempo pero para este análisis ve siempre a por todas. ¿Crees que Steve Jobs pensaba que iba a revolucionar el mundo de la tecnología con su idea del Iphone? Seguramente no, pero 11 años después no imaginamos nuestras vidas sin él. ¡Piensa a lo grande para hacer cosas gigantes!

Cuando estos primeros pasos están alineados, llega el momento de pasar a la acción.

  1. Plan de acción

Una vez que te has mirado por dentro es el momento de ver qué es lo que podemos hacer para llegar a los objetivos que vas a determinar.

Un plan de acción no es más que identificar el camino que vas a tomar en adelante para conseguir que tus sueños se hagan realidad.

Si lo que te apasiona es el deporte y te encantaría trabajar en el departamento de dirección de tu equipo preferido, ¿por qué no lo intentas? El mundo está lleno de gente que dice que sí cuando todo parece decir que no. Y tú también te puedes convertir en uno de ellos no por un exceso de optimismo, sino porque has seguido todos los pasos para alcanzar el éxito.

Recuerda que estos tres aspectos tienen que estar en armonía y consonancia para que los objetivos que te propongas estén en línea y puedas realmente conseguir lo que te estás planteando. Cada uno de ellos depende del anterior por lo que es muy importante que los definas de la manera más concreta posible.

Ahora es tú momento. Dedícate todo el tiempo que necesites para que la decisión que tomes refleje efectivamente lo que quieres hacer y en quién te quieres convertir.

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